Luz Pichel: de un verso a un poema largo

De un verso a un poema largo

Crecieron allí mis piernas.

Yo iba para alta, pero no. Me escribió Xan, del periódico: identifíquese. Le pedí claro que se identificara.

Anochecí diecisiete años en una cabaña de diseño

la juventud es muy seria

la juventud es muy trascendente.

No como esas mujeres en camisón que viajan en metro y la gente las mira.

También este año ha muerto alguien a quien hice un regalo

alguien que había leído algún verso mío

Te acogí en mi casa y tú usabas mi móvil sin permiso

borrabas la llamada

No quiero que una casa sea más bella que mi abuela ni más antigua.

 

Con frecuencia me ocurre, releyendo trabajos, que algo descartado me resulta perfectamente aprovechable. 

Este «poema» (por llamarle algo), sin duda fallido, nunca publicado, es la fuente, sin embargo, del largo fragmento de «Triloxía de Eulalia» ( en Tra(n)shumancias (ed. La Palma, col. eMe, 2015) al que pertenece esta pequeña muestra: 

dos adolescentes festejaban en el metro de madrid muy respondonas y eso verifica algo y campa        aún iban en camisa encaladita como de haber dormido sueltas y lucientes     unos ojos un pelo loco un vocerío deslenguado     que cantaban como teniendo una alberca en la garganta y de repente el agua ale por todo el prado

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Luz Pichel (Alén, Lalín, 1947) alterna su residencia habitual en  Madrid, donde vive desde 1970, con pequeñas temporadas de descanso en su aldea de Alén. Es autora de los libros de poesía El pájaro mudo (Ediciones La Palma, 1990; I Premio “Ciudad de Santa Cruz de la Palma”); La marca de los potros (Diputación de Huelva, 2004; XXIV Premio hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez); Casa Pechada (Fundación Caixa Galicia, 2006, XXVI Premio Esquío de Poesía);  El pájaro mudo y otros poemas (Universidad Popular José Hierro, 2004. Reune este libro la reedición de su primer poemario junto a nuevos trabajos como Ángulo de la niebla, Cartas de la mujer insomne y Hablo con quien quiero). En 2013 publicó cativa en su lughar/casa pechada (Col. diminutos salvamentos, ed. Progresele, Madrid), en 2015  tra(n)shumancias (Col. eme, ed. La Palma, Madrid . Su último libro hasta el momento es  CO CO CO U (La uÑa RoTa, 2017).

 

Vienen entrañas: un email de Luz Pichel

Querida:

Dándole vueltas a qué puedo mandarte para «Las entrañas del texto» no creas que he llegado muy lejos.  No suelo guardar muchas versiones «primeras», sobre todo porque trabajo directamente  con el ordenador y casi siempre me olvido de hacer copias, más bien realizo los cambios sobre el texto sin copiarlo previamente para guardar versiones. Si lo hiciera (de hecho en algunos casos ocurrió), creo que no me gustaría mostrar ese proceso porque se perdería parte del misterio de los poemas. Puedo decirte que cada poema es hijo de una historia diferente. A veces (y es lo raro) la versión definitiva es la primera o una de las primeras. Lo normal, sin embargo, es que vuelvo sobre el poema muchísimas veces y a lo largo de mucho tiempo. A mí me parece que los poemas deben reposar largamente para que la distancia permita verlo como un objeto ajeno a la propia piel. A veces, rescato, pasados los años, un poema que había sido descartado.  Necesito, eso sí, tener en la cabeza una idea de libro, pensar el poema como perteneciente a una estructura que lo acoge. Entiendo la creación de un poema como un trabajo, me requiere esfuerzo, a veces mucho, mucha obsesión y mucho tiempo «perdido». Pero el trabajo es placentero y eso es lo mejor de escribir, la forma en que la mente se concentra tanto y durante tantas horas a veces que la sensación física al final es de una gran armonía y bienestar.  Siento cierto pudor de contarte esto pues pertenece a mi yo más personal, lo hago porque creo que coincide con lo que sienten otros creadores, no solo poetas; así aquella paz que mi padre transmitía mientras hacía artesanalmente un cesto de mimbre.

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Email de Luz Pichel recibido el 23 de agosto de 2017